¿A qué enfermo mental se le pudo ocurrir eso de llamar santo y pedir adoración para el prepucio del Cristo? Hay que tener la mente muy sucia y retorcida, para establecer que se venere en los altares, el supuesto trozo de pellejo que envolvió el glande del susodicho Cristo. Imagino, que puestos a adorar, no faltara quien acabe pidiendo que sean veneradas en los altares las santas zurrasplas que probablemente ponían una nota de color y aroma en los gayumbos del Cristo.
¿Y qué pasa con el clítoris de María, que todavía no está declarado santo, ni ocupa un lugar destacado en los altares? ¡Cuánto machismo!
CHE-CHU
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