En la muy democrática España, hay tres poderes dominantes compitiendo con empecinada tenacidad, para ver cual de ellos consigue ser más tenebroso, terrorista, ladrón, opresor, asesino y fascista que los otros dos; la diabólica secta católica, el caciquista capitalismo liberal, y esa triquinosis que muerto el cerdo, (que me perdonen los porcinos por la comparación) y malNAZIdo Franco, sigue viva y que ejerce en las sombras como poder detrás del trono. En cuanto a los políticos, conviene dejar claro que ejercen de serviles lacayos de los tres poderes citados.
El antidemocrático bipartidismo formado por el Partido Fascista Popular, (PFP) y el Partido Antisocialista y Antiobrero Español, (PAAE) controla el poder mediático para manipular ideológicamente la información. Y el poder judicial, con jueces nombrados a dedo para dirigir los organismos jurídicos superiores, como es el caso del Tribunal Constitucional. Es la mejor forma de dar cobertura e impunidad a la secta católica, al capitalismo liberal, al franquismo, y a esa banda de zánganos cantamañanas con aspiraciones, que se dicen políticos.
¿Cuáles son las consecuencias de semejante organigrama dictatorial y antidemocrático? A grosso modo, el resultado se puede resumir en que la secta católica, además de chulearnos más de 10.000 de euros anuales, no pague impuestos directos, incluído el del IVA, por los jugosas beneficios que obtiene de sus lucrativas empresas, creadas, para más INRI, con dinero público, y que haya escriturado a su nombre miles de terrenos y edificios públicos.
En que el capitalismo liberal siga concentrando de forma mafiosa el dinero de todos cada vez en menos manos, generando un desmesurado aumento de la pobreza y, que entre otras lindezas de similar pelaje, quienes más ganan no paguen impuestos y depositen mil millonarias cantidades de euros en paraísos fiscales.
En que los descendientes de ese aborto de la naturaleza apellidado Franco, sigan disfrutando de la inmensa fortuna que mediante saqueo dictatorial acumuló el susodicho desde 1939 hasta 1975 y que tampoco paguen impuestos directos por los muchos beneficios que obtienen con sus empresas y rentables negocios de todo tipo. Y ya puestos, que todos los delincuentes que cometieron crímenes contra la humanidad y otros gravísimos delitos durante la tenebrosa dictadura fascista, queden impunes.
En que los integrantes de la casta política, que dicho sea de paso, acostumbran a ser los más tontos/as y vagos/as de cada casa, solo tengan luces para proteger a sus amos, que no son otros, que los citados en el primer párrafo de este alegato, legislando leyes que les favorecen y buscando que la “justicia” mire para otro lado ante los desmanes y corruptelas que cometen los poderosos, al tiempo que juzga con dureza los que puedan cometer los ciudadanos de a pie, aunque estos sean siempre de menor importancia y cuantía. Para subirse el sueldo cuando y cuanto les da la gana. Para lucrarse con todo tipo de prebendas abusivas. Para colocar en las administraciones públicas a sus familiares, amigos, queridos y queridas, cobrando altísimos sueldos. Para despilfarrar dinero público, que es de todos, a manos llenas. Y para conseguir créditos millonarios que después los bancos no se molestan en cobrar, ya que les sale mucho más rentable imponer el cobro de comisiones abusivas de todo tipo a los pequeños cuentacorrentistas.
Así las cosas, ¿puede extrañar a alguien que el Tribunal Constitucional haya decretado, que cuando los bancos le roban mediante desahucio la vivienda a una familia, porque a causa de la crisis económica no puede seguir haciendo frente a los leoninos pagos de una hipoteca de usura, se quedan con el dinero cobrado, subastan dicha vivienda y exigen que los desahuciados tengan que seguir pagando la hipoteca contraída, no se vulnera ningún derecho fundamental? ¿Para cuándo la llegada de una democracia auténtica, que garantice todos los derechos fundamentales de todos los ciudadanos? Está jodido preverlo, pero quizás, si empezamos a ejercer el derecho al voto con inteligencia, se pueda lograr a corto o mediano plazo. Porque si se sigue votando con el culo legislatura tras legislatura, ni cuando la tetas de Cristo den leche, lo conseguiremos.
CHE-CHU
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