Entre las lindezas salidas de la apestosa boca del Yahvé de los huevos, que se pueden leer en el Antiguo Testamento, esta la siguiente;
“...pues mi ángel marchará delante de ti y te conducirá a la tierra de los amorreos, de los jeteos, de los fereceos, de los cananeos, de los jeveos y de los jebuseos, que yo exterminaré”.
Éxodo, capítulo 23, versículo 23. (Sagrada Biblia. Versión directa de las lenguas originales. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid MCMLXVI)
Esta siniestra amenaza, también iba destinada a todos los pueblos nacidos con posterioridad en Palestina y por consiguiente, dueños legítimos de ese territorio.
¿Alguien duda a estas alturas de que ese fulano que tiene más nombres de guerra que la Chelito; Yahvé, jehová, Sabahot, etc., lejos de ser un Dios, es la verdadera bestia apocalíptica? Espero que nadie, aunque siempre quedan ciegos, que donde hay vileza, se empecinan en ver virtuosos actos divinos.
Los genocidios cometidos durante miles de años por este miserable de posible naturaleza andrógina, se cuentan por cientos de miles. Allí donde hay hambrunas, guerras, pestes o cualquier otra calamidad que suponga sufrimiento para el ser humano, está presente su satánica voluntad.
Para esa rata de cloaca que responde a los nombres antes citados, la maldad es su aliento de vida, lo cual, justifica que prohibiera a su pueblo comer carne de cerdo, en su caso sería canibalismo.
Aquí lo dejo. Que yo soy un chico muy espiritual y no quiero que nadie pueda pensar que soy ateo.
CHE-CHU
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