miércoles, 2 de febrero de 2011

LAS BRONCAS DE TÚNEZ Y EGIPTO CONTADAS A LOS NIÑOS

Amiguitos y amiguitas. Én un país del norte de África llamado Túnez, había una vez un tipejo muy malo, muy malo; muy hijo puta diría yo, que se llamaba y por desgracia se sigue llamando Ben Alí, ya que todavía nadie le ha pegado un par de tiros en los huevos, que se pasó 24 años jodiéndole la vida al pueblo tunecino, presidiendo una dictadura asesina, torturadora y ladrona.

A tal hartazgo llegó el pueblo tunecino de tanto soportar la dictadura chulesca del malnacido sátrapa Ben Alí, que un día salió a ocupar las calles para exigir que se fuera a tomar por el culo y llegara por fin la tan ansiada democracia.

Comenzaron entonces los tumultos y las cargas policiales, lo que provocó que se dieran las primeras víctimas; detenidos, torturados, heridos y muertos. Pero el pueblo tunecino, echándole un par de cojones, siguió adelante con sus protestas, en las que entre otras cosas, continuó exigiendo la salida del poder del bestia parda Ben Alí, hasta que el cerdo dictador, viéndose solo, no tuvo más remedio que salir por patas del país.

Y lo que son las cosas, amiguitos y amiguitas. Ante el éxito obtenido por el pueblo tunecino, en Egipto, otro país sometido a una dictadura satrápica por un cerdo dictador de nombre Hosni Mubarak, el pueblo egipcio hizo lo mismo y comenzó a salir a las calles masivamente, para reivindicar que se acabara la dictadura y llegara también la democracia.

Y en eso están ahora los ciudadanos de estos dos países, amiguitos y amiguitas. En conseguir que la democracia les gobierne por muchos años.

¿Y qué es la democracia? os preguntaréis ansiosos amiguitos y amiguitas. Pues la democracia es... estooo... Mejor os pongo el ejemplo de España para que lo entendáis a la primera. Porque en España, el pueblo también se vio sometido y vilipendiado por una dictadura criminal, instaurada en 1939 por un sátrapa asesino, torturador y ladrón. Pero un día, Paca la culona, que así llamaban al dictador, la cascó y fue entonces, cuando llegaron al poder unos señores muy demócratas que crearon una Constitución muy bonita en la que figuran unos artículos también muy bonitos, que entre otras cosas garantizan:

>La soberanía del pueblo.

>La igualdad de todos los españoles ante la ley.

>El derecho al trabajo debidamente remunerado

y el pleno empleo.

>El reparto equitativo de la riqueza.

>El derecho a una vivienda digna.

>El derecho a una pensión digna para todos

los jubilados.


Pues bien, amiguitos y amiguitas. Esto es solo sobre el papel, que como bien sabéis, lo aguanta todo, porque de hecho...

>Lejos de ser soberano, el pueblo español está sometido a los caprichos del grupito de sátrapas que ostentan el poder y lo utilizan a su antojo con fines de lucro. Y el único derecho que tiene el pueblo, es el de votar cada cuatro años a los candidatos impuestos a dedo por los partidos políticos.

>La igualdad ante la ley de todos los españoles, es una gran falacia. Básicamente, porque en España no hay justicia, hay leyes que se aplican según conviene en cada caso.

>El derecho de todos los españoles a un trabajo debidamente remunerado, es una quimera, porque la gran mayoría de quienes tienen la suerte de trabajar, lo hacen sufriendo un contrato basura y un sueldo de hambre. Además, ya se encarga el poder establecido, en contubernio con la patronal y los sindicatos aburguesados, de que el paro sea alto, para que aquellos que aspiren a un puesto de trabajo se vean obligados a agachar la cabeza y tengan que aceptar el consabido contrato basura, con su correspondiente sueldo de hambre.

>El reparto equitativo de la riqueza, es más falso que un euro de madera, porque ya se encargan los sátrapas que controlan el poder de garantizar a un pequeño grupito de privilegiados el control del 80% de la riqueza nacional y de que al resto de los casi 45 millones de españoles reciban solo migajas.

>El derecho a acceder a una vivienda digna, se ha convertido, gracias a su altísimo costo; al también altísimo porcentaje de impuestos que se lleva en la compra la Hacienda Pública; y a las abusivas condiciones que imponen los bancos al conceder una hipoteca, en un bien inalcanzable para millones de españoles.

>El constitucional derecho a una pensión digna para todos los españoles, brilla también por su ausencia, porque la gran mayoría de jubilados de la muy democrática España, cobran pensiones de hambre.


Amiguitos y amiguitas, por conseguir una democracia como la española o similar, es por lo que han salido a protestar a las calles los pueblos de Túnez y Egipto; ¡Qué bonita es la inocencia de los pueblos! ¿verdad? Y si os portáis bien y no ocurre un milagro, también vosotros disfrutaréis de una democracia de similar pelaje, cuando seáis mayores.

CHE-CHU


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