domingo, 19 de diciembre de 2010

EL TRENECITO VELOZ


¡Bravo! ¡Vivan la demagogia barata y la utilización interesada del dinero público! En este santo país llamado España, hay pueblos sin luz eléctrica, sin escuela pública, sin médico y con unos accesos por carretera tercermundistas, entre otras muchas carencias. Resulta por lo tanto intolerable, que ante esta triste realidad que parece no preocupar en absoluto a estos politiquillos del tres al cuarto, demagogos de profesión e inútiles de condición, (en una gran mayoría, claro) que gracias al exceso de tontos por metro cuadrado que les votan, tenemos que soportar con grandes dosis de resignación, no queda otra; los demás. A lo que voy; que pocos sistemas políticos resultan ser tan caros de mantener, como el tontocrático; sirva como ejemplo, la reciente inauguración de una obra faraónica, tan cara como innecesaria.

Es mucho más rentable para estos impresentables cantamañanas con aspiraciones que juegan a ejercer de políticos, invertir dinero público (faltaría más) en el tren de alta velocidad, porque eso, además de generar importantes beneficios al grupito de empresas involucradas en su construcción, para que estas consigan mejorar de semejante forma su cuenta de resultados en tiempos de crisis, es, para nuestros gestores públicos, sembrar sobre terreno fértil recurriendo al consabido refrán de; hoy por ti, mañana por mí. ¿Qué habré querido decir?

Lo de favorecer a determinados entes económicos, para que estos demuestren posteriormente su generoso agradecimiento no es nuevo, ya que se ha dado siempre y hasta en las mejores familias. Y en la cosa política, con dinero público, que es ese, que a pesar de ser de todos, solo disponen de el y a su entero antojo, los políticos y aquellos otros individuos, lobos de la misma loma, pertenecientes al poder establecido, es y ha sido siempre, empecinada obsesión. Total, qué más da; el pueblo paga sin rechistar y en el caso de que se atreva hacerlo, se le aplica el acostumbrado palo y tente tieso y asunto concluido; que para eso, esto es una democracia.

España, y de eso presume muy ufano el actual ministro de Fomento, José Blanco, es el país europeo con mayor número de kilómetros de tren de alta velocidad. ¿De qué sirve eso, si se carece de infinidad de infraestructuras más primarias y de servicios mucho más necesarios para la población? Pues solo sirve, para que los irresponsables que controlan el poder, den rienda suelta a su mucho egocentrismo demagógico, y para garantizarse el posterior agradecimiento de... mejor lo dejo aquí... sin importarles para nada, que las citadas necesidades que tenemos los ciudadanos sean otras. Que para más INRI, por la mucha y continuada dejadez de los parásitos que de forma continuada ocupan las poltronas de poder, se hayan vuelto endémicas.

Pues eso; que España va bien. Sobre todo, para los pocos de siempre. ¿Y al pueblo..? ¡Al pueblo que le den, qué coño!

CHE-CHU



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